La obra consiste en un
tríptico que representa las quemas de pastizales, que se produce regularmente
en las islas del Paraná, para favorecer el agro-negocio y las operaciones
inmobiliarias.
En el 2020, durante la
pandemia y el más estricto aislamiento, las quemas se multiplicaron
exponencialmente. Estas prácticas destructivas del humedal y de la
biodiversidad, suceden en las islas que se encuentran frente a Rosario, pero
que forman parte de la vecina provincia de Entre Ríos, por lo que siempre se
generan conflictos y delegación de responsabilidades de las autoridades.
El aire se hizo irrespirable
de este lado del río, y al encierro claustrofóbico se sumó la imposibilidad de
abrir ventanas, ventilar y respirar por efecto del humo denso que el viento del
este arrastraba sobre la ciudad. Mientras que el ecocidio sucedía sin control,
brigadistas voluntarios y bomberos concurrieron en auxilio de los isleños y de
los animales, aún con riesgo de sus propias vidas.
Las imágenes se componen de
una secuencia de fuego y humo, realizadas con técnica de mokurito (litografía
sobre madera), impresas a color con tintas gráficas y acuarelas. Está elaborada
a partir de dos planchas (una para el humo y otra para el fuego) trabajadas con
métodos aditivos y sustractivos, en diferentes combinatorias. La elección de la
técnica responde conceptualmente al tratamiento del tema, utilizando materiales
menos tóxicos y más sustentables, de uso cotidiano, que permiten obtener una
factura muy particular en la superposición de las capas impresas, destacando
las vetas de la madera.
Se exponen sin enmarcar, resaltando la fragilidad ya que el papel, al igual que todo el ecosistema, puede dañarse al no tener protección.
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