Un libro viejo cuenta una historia. Deconstruyéndolo se genera otra....
"El voto de Nadia" queda aprisionado en una caja, sellado con cinta adhesiva. Fragmentos de textos reelaborados con tachaduras y subrayados, recortes de mapas, palabras sueltas y marcas crean una lectura nueva, un recorrido visual que el espectador puede elegir. El tiempo de lectura es personal... mirar por encima para abarcarlo en su totalidad, observar los pliegues, los cortes, las imágenes, los párrafos, escrutar las palabras en busca de pistas.
Las interpretaciones pueden ser muchas.
Los desenmascaramientos, numerosos.
Las asociaciones infinitas.
El texto propone un juego, hay que comenzar a jugar.
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